La Inspección Técnica de Edificios (ITE) es una revisión periódica de los inmuebles para determinar su estado de conservación, condiciones de estabilidad, seguridad, estanqueidad, consolidación y habitabilidad. Están sujetos a pasar por este examen todos los edificios protegidos y/o de más de 20 años de antigüedad, cualquiera que sea su uso y titularidad. Están obligadas a pasarla el propietario (personas físicas o jurídicas) o comunidades de propietarios. Puede realizarla también, en caso de incumplimiento de los anteriores, cualquier otro titular legítimo de un derecho real sobre la edificación (usufructuario, entidades hipotecarias, etc.).

Los responsables de acometer dicha inspección analizan la cimentación, la estructura, las fachadas exteriores e interiores, medianerías, obras, es decir, si el edificio cumple con las condiciones de cubiertas, azoteas e instalaciones de saneamiento, fontanería y electricidad. Será favorable si no es necesario realizar estabilidad, seguridad, estanqueidad y consolidación estructurales y con las condiciones de habitabilidad y uso efectivo. Será desfavorable si es necesario realizar obras para alcanzar dichas condiciones.